Nuevo Periodismo
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LAS MONEDERAS NO SIRVEN

Category: , , By Maia

Los empresarios de transporte marplatense tuvieron ayer una reunión con algunos concejales locales, con el objetivo de buscar apoyo para la instalación de las máquinas monederas en los colectivos. Según declaraciones, no hubo muchos concejales dispuestos a escuchar. Con nuevo Jefe Comunal y todo, aún no se halló una solución para el pago de transporte público de pasajeros. Se pagó de manera directa a los choferes pero por la inseguridad y los reiterados asaltos se instalaron las tarjetas magnéticas.icas o se combinaron los dos sistemas, después hablaron de monederas y hasta de la posible implementación de tarjetas de aproximación. Pero cualquier proyecto concretado o no, resultó un fracaso.

Datan desde 1992 los violentos asaltos de los cuales eran víctimas los conductores de micros, la muerte de uno de éstos fue la decisión para ponerle el punto final al conflicto, que termina con la eliminación del dinero a bordo. Hubo un decreto que era el 692/92 que hablaba de la multiplicidad de tareas de los conductores y decía, entre otras cosas, que no se debía manejar más dinero.
Para resguardar la seguridad de los choferes, marplatenses en este caso, se pasó de abonar directo a combinar el sistema con las actuales tarjetas magnéticas. Pero los asaltos siguieron y se quedaron sólo con la última manera como posibilidad de sacar el boleto.
La delincuencia arriba de los colectivos disminuyó notoriamente, pese a que dinero había a causa de la presencia de pasajeros, pero dichas tarjetas generan un 3 por ciento de pérdidas de pasajes, además de un cotidiano malestar entre los usuarios a causa de que se rayan fácilmente, las máquinas no funcionan bien, no se las puede cargar en cualquier lado y tampoco comprar.

Cuando aún no se logró optimizar el servicio precario que se brinda desde hace años, surgió desde los empresarios del transporte, la necesidad de cambiar el sistema de cobro. Tras conocerse que no se fabricarían más las máquinas para detectar tarjetas magnéticas, referentes de la Ametap propusieron instalar un mecanismo de monederas. El titular de la Asociación, José Ferraresi, declaró en su momento estar convencido de que ésa sería la mejor alternativa para facilitarle a la gente que pueda viajar en colectivo. Pero se equivocó nuevamente. Parecería ser que se olvidó que desde el Banco Central, hace rato que muestran su preocupación por la falta de circulación de monedas y en la propia Buenos Aires piensas en cambiar el sistema vigente ya que no se entregan estas "reliquias" ni en los negocios. Uno de los comunicados más alarmantes que evidencian la escasez se dio en octubre del año pasado, cuando una fuente de la Autoridad Monetaria manifestó que “Hay un factor cultural, que no es solamente de la Argentina, sino que es mundial, que es la acumulación de monedas en las casas. Quedan en ceniceros, frascos y bolsillos, sobre todo de la gente que menos las utiliza, lo que impide la debida recirculación".
Si tenemos en cuenta la realidad atravesada, las monederas serían
una inversión inútil a la hora de llevarlas a la práctica.

Otra de las opciones contempla nuevamente a las tarjetas, pero ahora, de aproximación. Esta vez, el cambio fue impulsado por el entonces secretario de Gobierno, Oscar Pagni. Para que entiendan bien, el cambio se daría sólamente en la lectura magnética del plástico. No habría que introducir las tarjetas, sino pasarlas a 3 u 8 centímetros de la máquina lectora, lo que asegura que no se queden trabadas, pero no que no se dañen. Tampoco le facilitaría a los usuarios el tema de la recarga previa.

Una posible y también viable solución sería, quizá, la implementación de cospeles. Éstos deberían ser de un material que carezca de valor a la hora de poder utilizarlo para otro fin; y se tendrían que poder adquirir fácilmente en cualquier zona de la ciudad. Cada cospel tendría el valor actual de un boleto, y de venderse en cantidades, evitaría las constantes molestias de los usuarios de tener que recorrer media ciudad para obtenerlos. El dinero que se pretende invertir en los anteriores sistemas mencionados podría utilizarse para adquirir máquinas en las cuales depositar los cospeles. Además, la economía de las empresas de transporte no se vería afectada ya éstos volverían a la circulación constantemente.
Claro está que con una solución en el sistema de pago del transporte público de pasajeros, no se terminan todos los conflictos del
precario servicio que prestan las empresas.
 

9 comments so far.

  1. Anónimo 24 de abril de 2008, 11:49 a. m.
    La verdad que yo me mudé a Mar del Plata hace poco más de dos años y medio, y acostumbrado a viajar en colectivo tanto en Capital Federal como en el Gran Buenos Aires pasé a tener que aprovisionarme una buena cantidad de monedas a una simple tarjeta que por suerte cargo en el Kiosco de enfrente. El sistema es perfecto, la tarjeta es liviana, resistente, facil de llevar en un bolsillo o cartera, y tiene un costo muy bajo $0,50 y una vida útil larga. El problema aparentemente es la falta de bocas de carga de tarjetas, lo cual podría solucionarse con una máquina diseñada y construida para ese fin (salvando la diferencia ovia, a modo similar de cajero automático) emplazado en las principales paradas de colectivos, o Kioscos de 24 horas abiertos.
  2. Unknown 25 de abril de 2008, 9:05 a. m.
    Coincido con asaf, hay que agregar que insisten con esto cuando hay una crisis de monedas impresionante.

    Me parece que la continuidad de la tarjeta es lo mas adecuado.
    Solo habria que generar una politica de captación de bocas de carga.
    Porque segun tengo entendido el problema es el exceso de requisitos y la poca ganancia que deja...

    Saludos
  3. A 27 de abril de 2008, 5:36 p. m.
    Estuve hablando en la radio sobre el tema, lo que me llevo a investigar aún más sobre los diferentes sistemas de pago y la verdad q las monederas serían un perjuicio para los usuarios.

    un abrazo
  4. Anónimo 29 de abril de 2008, 3:55 a. m.
    Maia:
    Varias cosas para comentarte.
    En principio, que cada vez que alguien razona un poco sobre el transporte marplatense, se encuentra una nueva mentira de los transportistas.
    Porque mientras hablan de que en Cap. Fed. hay 14 mil de ellas instaladas, olvidan mencionar que están tratando de quitarlas y pasar a sistemas prepagos.
    O como sucede en Córdoba donde eso está ya en ejecución.

    Igualmente, tampoco se puede decir que todo lo que hagan los otros es correcto, por lo que lo mejor es no considerar que algo es bueno porque lo usan en otro lado.

    Mar del Plata no puede ir y volver con definiciones que son claves. El uso de moneda a bordo del colectivo (y en esto incluyo al cospel) ya fue discutido y cerrado. Lllevar dinero o su equivalente a bordo equivale a riesgo de muerte para el chofer. Ya se llevó a la población a acostumbrarse a recargar la tarjeta y si hay una dirección en la cual moverse es en el mejoramiento de este sistema, no en destrozarlo por sus falencias.

    Las mentiras siguen cuando hablan de pérdidas por disminución de pasajeros, boletos reducidos o pases gratuitos. Han demostrado la mas que razonable rentabilidad del sistema pagando en 36 cuotas (en vez de 200) la deuda con el fondo del transporte, han pagado 4 millones por la monederas y están haciéndose cargo del pasivo de una de las empresas a punto de quebrar.
    Lo único que están buscando es hacerse de la recaudación en efectivo, que no solamente es mas fácil de ocultar para evadir sino que además genera el negocio paralelo de la venta de las monedas al 3%.

    Por eso juegan con la insatisfacción del sistema actual, que depende de los centros de recarga. Cada vez hay menos porque los propios transportistas generaron dicho problema, al no actualizarse a tarjeta chip o rfid (de aproximación) a su debido momento, o sea, cuando todo la inversión de las tarjetas quedó amortizada.
    Pero no, la angurria hizo que le siguieran sacando ganancia sin pensar en una actualización. Porque son kioskeros de colectivo, poco tienen de empresarios.

    Para finalizar, un detalle.
    El cospel es la peor mezcla de la moneda con el sistema prepago. En vez de sumar los beneficios, suma los problemas.
    Porque primero tenés que conseguirlo, prepagando el boleto, que es lo que pretende eliminar la monedera.
    Y segundo, que tenés dinero a bordo. El cospel, como la tarjeta de telefonía celular, termina convirtiendose en una moneda informal pero con valor de cambio.
    Y además, dos problemas mas. Si la hacés de un material que carezca de valor, te lo falsifican antes de que te des vuelta a ver quien viene.
    Y además, tenés que empezar a mover cospeles por toda la ciudad. Calculá, los empresarios hablan de 250 mil viajes diarios .....

    La última, si, ya termino.
    Lo que dijo esa "autoridad monetaria", es para mandarlo al Banco Central de Siberia. Si la gente guardara las monedas en los ceniceros, no estarían a los gritos ni haciendo cola en las terminales para comprar 97 pesos en monedas pagando $100.
    Ya que por acá veo periodistas, ¿que les parece si averiguan en las empresas de transporte de caudales a cuanto se cobra transportar 10 kilos de moneda?
    Por ahi pueden tener una pista para entender donde están las monedas que no aparecen por ningún lado.

    Saludos

    Javier Salinas
  5. Jorge Bilbao 29 de abril de 2008, 9:23 a. m.
    Releo la nota y me encuentro con algo que en la primer lectura no me había percatado.
    Se habla de que no se fabricarán más las maquinas para las tarjetas.

    Ahora me pregunto, ¿No existe una Facultad de Ingenieria en Mar del Plata? ¿No existe la carrera de Ingenieria Electronica en dicha Facultad? ¿No existen cantidad de estudiantes que no saben que hacer el día que se reciban? ¿No existe falta de recursos economicos en las Universidades Nacionales?

    Entonces me permito reflexionar, por que cada actor de la sociedad local se comporta como un compartimento estanco respecto de los demás. Porque no armonizamos el trabajo entre estos chicos que ven un futuro incierto, una facultad que necesita aprovisionarse de recursos económicos y empresas de colectivos que necesitan nuevas máquinas para tarjetas.

    Que falta para que no solo en Mar del Plata, sino en toda la Argentina los diferentes actores sociales trabajemos en comunidad y salgamos todos beneficiados.

    ¿Por que no producir dentro de la facultad de ingenieria las maquinas a cambio de un costo que seguramente será mucho mas reducido para las empresas de colectivos, beneficiara a los estudiantes y a la facultad?

    Cuanto nos falta por aprender...
  6. Anónimo 4 de mayo de 2008, 1:54 p. m.
    Analista:
    A ver, analizemos un poco.
    ¿Cual es el motivo por el cual no se fabrican mas las lectoras de tarjetas magnéticas?
    ¿Se habrán cansado, o será porque ya es una tecnología que ingresó en su etapa de obsolescencia?
    Como probablemente sea el segundo caso, poco bien le haría a una Facultad como la de Ingeniería poner a sus alumnos a trabajar en una tecnología que, cuando tengan su título en la mano, no van a ver por ningún lado.
    El análisis mas correcto sería poner ahora la mejor tecnología bajo la mejor relación costo/beneficio y que Ingeniería empiece a diseñar el próximo paso, que bien podría ser un sistema de identificación biométrico que detecte a la persona que sube al colectivo y la asocia con su cuenta sueldo o caja de ahorro y le descuenta el pasaje directamente de ahi.

    Muy cierta la última frase. Sería muy importante que todos la tengamos en cuenta antes de escribir.
  7. two- 26 de mayo de 2008, 1:28 p. m.
    Las tarjetas no sirven.. dejan a un monton de gente a pata. El trasporte es publico, y x ende no puede ser excluyente. Como los concejales pueden defender un sistema que deja a la gente de la perifieria sin poder ir a trabajar por falta de bocas de expendio, y a los turistas haciendo colas enormes para poder volver de la playa?
  8. Rodolfo 25 de junio de 2008, 5:08 a. m.
    No es una cuestión bipolar el tema, hay gente que prefiere pagar con tarjeta, porque tiene el dinero para pagar por adelantado, porque la considera cómoda, porque confía en que no se le va volatilizar el crédito, o hasta porque “da status” social tenerla…lo que sea. Otros no pueden comprar viajes por adelantado, porque no tienen dinero para comer mañana. ¿O acaso no se acuerdan que cuando coexistían el pago con tarjetas y el pago con efectivo, solo el 30% compraba tarjeta? Ahí está el voto de los pasajeros por el sistema que se quiere, incluso preferían pagar un 15% más caro antes que comprar la tarjeta. Que se pierda tiempo en discusiones que si blanco o negro, es solo una distracción. El negocio ya alguien lo hizo. Las maquinas boleteras que se compraron son de origen alemán, muy probablemente vendidas a México y sin usar luego a Chile para un sistema que nunca se implementó porque las empresas de transporte se opusieron. Esto último fue en 1997, en 1996 quebró (efecto tequila mediante) la empresa alemana fabricante (Kluessendorf AG). O sea que lo que tienen los transportistas son equipos que no se fabrican más, se consiguen repuestos, pero no originales a valores de euro sobrevaluado. Hoy un equipo nuevo nacional cuesta por unidad menos de 9.000 pesos, y por cantidad baja bastante, y son equipos que admiten tarjetas sin contacto, GPS y transmisión de datos con tecnología celular (ver www.monebus.com.ar ). Se podrán imaginar que un equipo obsoleto sin fabricante y probablemente usado, nunca puede costar lo que declaran los empresarios. El tema de las tarjetas magnéticas es el siguiente, no hay más repuestos porque los fabricantes de tecnología, especialmente electrónica, avanzan y garantizan por ciertos años los repuestos. El sistema de Mar del Plata ya tiene como 15 años, ¡una enormidad en electrónica! Hoy, para transporte público se usa la tarjeta sin contacto, también llamada de radiofrecuencia (ver sistema MIFARE patentado por Philips o “tipo Mifare” que son más económicos ya que pudieron trampear la patente). Si bien es más cara cada tarjeta que una con banda magnética, como dura 10 años o muchas miles de operaciones, la incidencia del costo dentro del pasaje es despreciable. El tema de los cospeles se implementó en Córdoba, y tiene dos problemas: uno que son fáciles de falsificar, a no ser que se usen con una maquina de monedas que lea el material. En realidad, todas las maquinas de monedas aceptan también cospeles, solo hay que anular por soft, la posibilidad de dar cambio y pasar a 1 cospel=1 viaje. Por eso deben fabricarse con una aleación difícil de conseguir o relativamente secreta para que no se larguen a falsificarla. Otro problema es que desaparecen antes de un aumento por razones especulativas de los puestos de venta. Habiendo monedas, para qué tener otra moneda y pagar comisiones de venta y costos de distribución y control. Monedas siempre va a haber, existen desde los antiguos babilonios hace más de 2800 años. Mi opinión es que se debe terminar con la discusión tarjeta o moneda, es más .. . deberían poner también cospeles de seguridad y llaveros electrónicos de pago , cuantas más opciones de pago mejor, el usuario debe poder elegir lo que quiera usar y no ver cómo se va el tiempo discutiendo para que no pase nada. La diferencia entre una maquina de monedas con una de monedas con tarjetas son apenas 200 dólares. ¡¿De qué estamos discutiendo, por Dios?!
  9. Rodolfo 25 de junio de 2008, 5:28 a. m.
    Perdón, no me quiero poner pesado, pero releyendo otras opiniones, surge el tema de la inseguridad con el dinero a bordo. Las maquinas de monedas permiten direccionar las monedas de la recaudación a cofres dentro de cajas fuertes, si quieren, ubicadas abajo del piso del colectivo. Para sacarlas, un chorro tiene que trabajar tanto que haría contradictoria su elección laboral, ya que se supone que el chorro, lo que no quiere normalmente y dejando patologías siquiátricas de lado, es trabajar. En Buenos Aires, lo que sí pasa, es que se roban las maquinas enteras para vender los repuestos. Las más codiciadas son las que compraron los empresarios en Mar del Plata, ya que los repuestos se cotizan en euros y a valores interesantes. Así que podemos suponer que a más de uno se le va a ocurrir robarse las maquinas de acá para venderlas en un mercado de unas 6.000 unidades de esa marca, como es la Capital Federal.

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