Nuevo Periodismo y Periodismo Joven estuvieron en el estadio.
La adrenalina se sentía desde afuera y las ganas de entrar se incrementaban cada vez más,
pero... ¿cómo lograrlo?
Esperamos. ¡Y menos mal que estamos en Argentina! La oferta de pasar por menos dinero del inicial llegó a nosotros sin buscarla: "Doscientos pesos cada uno, entro, los acomodo y recién ahí me pagan". Sonó tentador, pero demasiado. "Doscientos por los dos, es ahora". Era la oportunidad. Pero los vaivenes del momento nos hicieron perderla y... ¡menos mal! porque pasamos, con el montón de gente desilucionada que dió por perdido el partido a pocos minutos de que España se consagre realmente, y pasamos "de arriba". Macanuda la gente que nos dio la entrada.
Ahí estábamos, en un estadio repleto por donde lo miraras (y eso que ya había salido gente), con un equipo argentino con los hombros caidos, una tribuna albiceleste que no paró de cantar, y la tribuna española disfrutando ese triunfo, que se nos fue de las manos.
Argentina perdió en su territorio y esa derrota duele más que cualquier otra.